Por: Alexandra Saldivar Rios
En esta nueva era de la globalización y los avances tecnológicos, no podemos negar el lento avance cultural de nuestra sociedad peruana; la cual, “en el mejor de los casos”, se hace de la vista gorda ante un arte, que a pesar del paso de los siglos, se mantiene vigente y en crecimiento; y estamos hablando de los tatuajes. Pero en esta oportunidad no hablaremos del arte del tatuaje, sino de las condiciones en que éste se lleva a cabo.
Empecemos haciendo un breve recuento, este arte proviene desde tiempos ancestrales, un claro ejemplo es la Señora de Cao, quien presenta gran número de tatuajes en su cuerpo. Actualmente la juventud está muy animada a formar parte de este arte, en el cual su cuerpo es el lienzo. Lamentablemente la sociedad condena a las personas que llevan tatuajes, asociándolos con personas de mal vivir, ya que hace unos años los únicos que llevaban tatuajes eran los presos, marinos y militares, quienes llevaban tatuajes para indicar a que batallón pertenecían.
En esta nueva era de la globalización y los avances tecnológicos, no podemos negar el lento avance cultural de nuestra sociedad peruana; la cual, “en el mejor de los casos”, se hace de la vista gorda ante un arte, que a pesar del paso de los siglos, se mantiene vigente y en crecimiento; y estamos hablando de los tatuajes. Pero en esta oportunidad no hablaremos del arte del tatuaje, sino de las condiciones en que éste se lleva a cabo.
Empecemos haciendo un breve recuento, este arte proviene desde tiempos ancestrales, un claro ejemplo es la Señora de Cao, quien presenta gran número de tatuajes en su cuerpo. Actualmente la juventud está muy animada a formar parte de este arte, en el cual su cuerpo es el lienzo. Lamentablemente la sociedad condena a las personas que llevan tatuajes, asociándolos con personas de mal vivir, ya que hace unos años los únicos que llevaban tatuajes eran los presos, marinos y militares, quienes llevaban tatuajes para indicar a que batallón pertenecían.
En la actualidad los tatuajes,
están tomando mayor protagonismo. Estudios recientes indican que el llevar un
tatuaje no te impide donar sangre, ya que la tinta no es la que te imposibilita
de esto; lo que si, se toma como precaución la espera de un año para que en
caso de haber contraído alguna enfermedad, esta se manifieste, de lo contrario
se puede donar sangre de una manera normal.
A pesar de todo, el estado
descuida las condiciones en los que estos se realizan. Cuando alguien decide
aperturar un establecimiento dedicado a hacer tatuajes, lo abre bajo una licencia de funcionamiento
de una estética. Como bien sabemos para realizar un tatuaje se necesitan cuidados especiales, ya que el organismo se
ve expuesto y si no se cumplen las normas necesarias los clientes y los
“tatuadores” tienen el riesgo de contraer cualquier tipo de enfermedades.
En otros países, existe una
normativa que regula estos establecimientos, haciendo que quienes brindan
este servicio tengan cuidado en el manejo de sus materiales, implementos, la
limpieza del local, etc. En nuestro país, más aun, en nuestra ciudad existe
un gran número de centros dedicados a esta actividad, los cuales no son
supervisados por el ministerio de salud, ya que al funcionar como estética, no
tienen ningún protocolo de trabajo ni obligaciones salubres que cumplir.
Cabe resaltar, que existen
algunos centros que si cumplen con las condiciones básicas para realizar estas
actividades, también manejan un protocolo de trabajo, y se preocupan por las
condiciones salubres de su establecimiento y su equipo de trabajo; pero lo
realizan sin la vigilancia del ministerio de salud, es decir lo hacen por pura
ética, por decirlo así.
Ahora, ¿Por qué un centro de tatuajes quisiera tener
normas que los regulen?, pues la respuesta es simple, para que así, baje el número
de centros de tatuajes, ya que sería más difícil la apertura de estos y solo se
mantendrían aquellos que garanticen la higiene, salubridad y buen
funcionamiento de los equipos y de su establecimiento. También al tener normas,
los trabajadores recibirían capacitaciones y se verían obligados a portar un
carnet de sanidad que les brinde el estado, haciendo así más efectivo su
trabajo y se protegería la salud y buen trato a los clientes y trabajadores.
Si este es un arte tan
presente en nuestro entorno, entonces ¿por qué el estado no controla estos
trabajos?, ya que sabemos que los más expuestos somos los jóvenes, quienes nos
encargaremos de manejar el país, y viéndolo desde un punto de vista económico,
si un ciudadano contrae alguna enfermedad, el estado es el que se ve afectado
ya que es quien cubre los tratamientos médicos, además que se pierden horas de
trabajo. Crear una normatividad para estos centros evitaría todos estos gastos
y garantizarían la salud de la población.
Tatuajes realizados por el artista Abraham Florindez Pérez.
Tatuajes realizados por el artista Abraham Florindez Pérez.